El día después de la eliminación del equipo estadounidense en las semifinales del Mundial, Steve Kerr, muy criticado por aficionados y observadores, no convencidos por su plan de juego, volvió a la derrota de sus hombres.

Este fracaso del Team USA también es suyo. De hecho, Steve Kerr, todavía considerado un tamaño en la NBA, superó completamente a su competencia. Entre una plantilla formada sin coherencia real y rotaciones poco creativas, el técnico ha dado munición a quienes afirman que sin él no sería nada Stephen Curry y Clay Thompson…

Sur la demi-finale contre l’Allemagne par exemple, alors que son équipe se faisait détruire dans la raquette et au rebond, il n’a pas jugé bon de mettre Jaren Jackson Jr. sur le banc pour lancer Walker Kessler, bien plus physique al interior. Tampoco tuvo el coraje de sacar a Jalen Brunson del quinteto titular, mientras que desde el primer partido, Tyrese Haliburton ha sido mucho mejor creando y gestionando el ritmo.

Steve Kerr elogia el gatillo alemán

El problema de que el equipo de EE. UU. pierda es que los fanáticos y observadores a menudo tienden a buscar errores del lado estadounidense en lugar de señalar lo que hizo el oponente. Antes de la pequeña final contra Canadá, el seleccionador corrigió la situación enviando un gran mensaje a sus verdugos, y en particular a Andreas Obst:

Andreas Obst fue la clave del partido. Nos defendimos mucho mejor contra él durante la preparación. Allí lo perdimos de vista en algunas acciones. Le dimos el primer tiro del partido y estaba abierto porque no conseguimos el rebote. Provocó algunos errores cuando éramos demasiado agresivos. Con un jugador así, tan hábil, nunca hay que bajar la guardia, y eso hicimos.

Steve Kerr lamenta la falta de rigor de sus hombres con Andreas Obst, a pesar de que estaba en llamas. Una afirmación que frustrará a los fans, ya que podría haberse adaptado totalmente y encontrado soluciones para limitar su influencia, pero no hizo nada de eso. Por lo tanto, el resultado fue definitivo y, en particular, el tiro de victoria para los alemanes.

Steve Kerr quedó impresionado con Andreas Obst y no hizo nada para detenerlo. Sus jugadores siguieron pasando bajo las pantallas y dejándole el campo libre, resultado, el detonante será jugar la final y no ellos.