Los jugadores de la NBA no necesitan ganar títulos para vivir grandes emociones. Después de las conversaciones, algunos encuentran, por ejemplo, el gusto por la vida, como explicó este All-Star durante una entrevista. ¡Celebró su oficio como un anillo!

Desde fuera, la vida de un jugador de la NBA parece un sueño. Baloncesto, millones, viajes, la posibilidad de montar numerosos negocios al mismo tiempo… Para una persona normal, es difícil encontrar desventajas prohibitivas. Pero cuando profundizamos un poco más en el día a día de las estrellas, es cierto que no siempre todo es perfecto.

Por ejemplo, cuando un jugador es traspasado por su franquicia y no necesariamente ha dado destinos preferenciales a sus directivos, puede verse desarraigado y arrojado a una ciudad que no conoce y que no necesariamente le agrada. Este fue, por ejemplo, el caso de Paul George, que tuvo que pasar dos años en Oklahoma City entre 2017 y 2019.

La reacción de PG ante su traspaso a los Clippers

Si Indianápolis no tiene nada que ver con Las Vegas, la ciudad todavía parece un poco más atractiva que OKC… Por eso PG saltó de alegría cuando se enteró de su traspaso a los Clippers. Estaba encontrando su ciudad natal, una verdadera vida social, y no pudo evitar celebrar la noticia. Menos mal que estaba en Nevada, y como explicó en su podcast.

Estaba en Las Vegas cuando descubrí que iba a ir a los Clippers, y fue el día que la ciudad fue azotada por un gran terremoto. Me gusta decir que algo tuve que ver con el temblor, que estuvo relacionado con el intercambio. Tuve que celebrar que fui a un club. Para todos los presentes compré cigarros. Esa noche estaba destrozado, Lou Williams y Patrick Beverly estaban conmigo.

Algunas personas tienen dificultades para pagar las bebidas de sus conquistas o de sus amigos por la noche, Paul George y sus millones ofrecieron cigarros sin contar en Las Vegas después del anuncio de su intercambio. Una prueba más de que viven en un mundo diferente, con medios diferentes. Estar en un club y al mismo tiempo ser jugador de la NBA debe ser el sueño de todo asistente a la fiesta.

Más allá de este aspecto, también es una prueba de que los jugadores de la NBA pueden tener cierta presión y sentir un gran alivio cuando son transferidos a un destino elegido. Paul George nunca fue tan fuerte como en el Thunder, pero nunca estuvo más feliz que cuando dejó Oklahoma para unirse a Los Ángeles. Un sentido de prioridades…

Paul George fue genial en el Thunder, pero ya no podía soportar la vida en Oklahoma. Así que saltó de alegría cuando se enteró de su traspaso a los Clippers, y todos los clientes del club fueron recompensados ​​con puros.